Los inicios de la creación de contactos se remontan en 1861 cuando aparecen los primeros vendedores ambulantes en Estados Unidos, y comienza a consolidarse gracias a la industria del MLM a lo largo del siglo XX.

Hay muchas definiciones de networking. Podríamos decir que cada experto tiene la suya. Después de hacer networking durante más de veinticinco años, de leer y formarnos con expertos, te compartimos la definición de networking que entendemos que es más completa: «La habilidad de gestionar, generar y expandir tu red de contactos, construyendo de forma proactiva y enfocada relaciones seguras y confiables que puedan implicar beneficios».

Las personas que practican networking se denominan networkers, pero exactamente… ¿Qué es el entworking?

 

Es una habilidad

Una de las preguntas recurrentes en los talleres que impartimos de networking es: ¿Un networker nace o se hace? Siempre solemos responder inicialmente que no conocemos ningún networker que no haya nacido… El networking es una habilidad y se puede aprender. Por supuesto, hay personas que tienen ciertas cualidades desde la cuna que les facilitan crear redes de forma sencilla. Lo que está claro es que si pones empeño y lógica puedes aprender de forma sencilla a hacer networking.

Gestionar, generar y expandir redes de contactos

Nuestras redes de contactos son las personas que conocemos o hemos conocido a lo largo de nuestra vida. El orden para hacer un buen networking comienza por gestionar tus redes de contactos. El primer paso es ser consciente de tus redes de contactos. Todas las personas tenemos muchos más contactos de los que inicialmente podemos pensar. Una buena gestión de nuestras relaciones implica que las cuidemos y las preservemos. A su vez, trabajaremos cómo generar conscientemente nuestras redes e ir expandiéndolas.

Construyendo de forma proactiva y enfoque

Uno de los experimentos más famosos de Jean Henri Fabre, entomólogo francés, fue el que organizó con orugas procesionarias. Las orugas procesionarias suelen desplazarse siguiéndose una a otra, a manera de procesión. Fabré logró ubicar a unas orugas en forma de círculo alrededor de hojas de pino, que es la comida habitual de estos gusanos. Las orugas continuaron marchando y dando vueltas en un círculo, sin prestar atención a la presencia de comida, hasta que cayeron literalmente muertas de hambre y cansancio.

Muchas personas piensan que hacer networking es también dejarse llevar por la inercia de la vida y acudir a un montón de eventos que no tienen nada que ver con los propósitos que tienen. Realmente no hacen networking; en el mejor de los casos, simplemente se dedican a generar movimiento sin dirección alguna. Y si no sabes hacia donde vas, ya llegaste.

En primer lugar, es imprescindible saber qué queremos, cuáles son nuestros objetivos. A partir de ese punto podremos trabajar conscientemente nuestras redes, proactivamente y en la dirección y sentido adecuadas. Después podremos ver cómo y qué tiempo dedicar.

Relaciones seguras y confiables que puedan implicar beneficios

La otra clave es conseguir relacionarte en un marco de seguridad y confianza en el que siempre prime la intención de ganar-ganar. Por todo ello, la principal clave para tener éxito haciendo networking es: «Dar valor primero y poner en el centro a las personas». No practicamos networking cuando nuestro objetivo es solo beneficiarnos y como mucho ofrecemos promesas de valor.

Muchas personas quieren empezar a hacer networking cuando sufren alguna adversidad, por ejemplo, perder un trabajo. ¿Qué te parecería si solamente llamaras a tus contactos cuando necesitaras algo de ellos? Es muy importante mantener tu red contactando de forma regular y desinteresada. La clave para hacer networking es que interiorices: dar siempre valor y poner el centro a las personas.

Un padre quería enseñar a su hija el valor de dar primero y poner en el centro a las personas, desde una edad muy temprana. En el quinto cumpleaños de la niña, el tío le había regalado treinta globos de colores llenos de helio. El padre le sugirió a la niña una forma de dar uso a los globos que haría que lo pasaran genial: dar algunos a otra personas. Al principio la idea no le pareció nada bien a la niña. El padre insistió y le aseguró que iban a tener una experiencia estupenda. La niña terminó aceptando con bastantes dudas al respecto. Fueron a un asilo de ancianos. La niña entró en el salón llevando los hilos de los globos y empezó a repartir un globo a cada persona. Todos comenzaron a hablar con entusiasmo y a reír. Algunos ancianos lloraban llenos de emoción. Muchos de ellos le comentaban a la niña lo genial que había sido que se acordara de ellos. Todos querían besar y abrazar a la niña. Martita disfrutó tanto aquel momento, que a la vuelta a casa le preguntó a su padre cuándo podrían repetir. La niña recordó aquella lección para siempre, dar valor primero y poner en el centro a las personas.